Cuenta ésta historia que en los primeros días del mundo la luciérnaga era totalmente negra y sirviéndose de la oscuridad, podía atrapar a los gusanitos y defenderse de los sapos.
Una noche un niño se perdió en el bosque. La luciérnaga quería ayudarle y no sabía como hacer. Si al menos tuviera un fósforo para alumbrar el camino de este niño...
Y el Universo convirtió en fluorescente el abdomen de la luciérnaga.
Desde entonces las luciérnagas vuelan por las noches, alumbrando, como si fueran estrellas con alas, para orientar a todos los niños perdidos.
“El momento más oscuro de la noche
Es unos segundos antes de amanecer”
“Una buena combinación de paciencia
Persistencia y compromiso
Pone lo inalcanzable dentro de lo posible”
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